Mis primeras creaciones

Mi pasión por la escritura comenzó desde que era una niña, sin embargo, no tuve la iniciativa de compartirlo hasta hace tan solo un año atrás. En noviembre de 2019 comencé a compartir algunos de mis trabajos en Instagram y poco a poco fui normalizando el hecho de que los demás pudieran leer lo que escribía. Siempre he dicho que escribir es desnudar el alma, y aquí me tienen. 

Uno de los libros que tengo a mano en mi escritorio para poder releer es Sopa de pollo para el alma de Jack Canfield y Mark Victor Hansen. Puede ser que algunos lectores consideren que es el típico libro de autoayuda cuyo contenido se vacía en sus propias palabras, pero les aseguro que no es así. Da igual la página por la que lo abra, siempre me aporta algo e invita a reflexionar. Se los mostraré en el siguiente fragmento: 

—Buenas tardes, amigo. Venía preguntándome qué es lo que hace. 
—Estoy devolviendo estrellas de mar al océano. Ahora la marea está baja y ha dejado sobre la playa todas estas estrellas de mar. Si yo no las devuelvo al mar se morirán por falta de oxígeno. 
—Ya entiendo —replicó mi amigo—, pero sobre esta playa debe de haber miles de estrellas de mar. Son demasiadas, simplemente. Y lo más probable es que esto esté sucediendo en centenares de playas a lo largo de esta costa. ¿No se da cuenta de que es imposible que lo que usted puede hacer sea de verdad importante? 
El nativo sonrió, se inclinó a recoger otra estrella de mar y, mientras volvía a arrojarla al mar, contestó: —¡Para ésta si que es importante!   

Y después de este precioso fragmento, voy a compartir como siempre, una de mis creaciones. Se titula
Zapatos prestados y hasta ahora no había sido publicado en ninguna de mis plataformas. Este es uno de los textos que he mantenido sin modificaciones o revisiones, ya que he querido que perdure la esencia de lo que sentí cuándo lo escribí. Zapatos prestados fue escrito en octubre de 2019, una época un tanto difícil para mí. 

Zapatos prestados


Sabes amor, quisiera tener ganas de decirte que estoy bien,

pero eso no es posible porque mis zapatos ven.

¿Y qué ven? Tú me preguntas con fuerte desasosiego.

Ven el suelo que les lleva a donde no quieren ir,

ven lo sucio de la calle que alimenta al devenir,

ven las baldosas rotas que permanecen así.

¿Y qué más ven? Me cuestionas al mirarme.

Ven las pisadas de extraños que se gritan al cruzar,

ven el movimiento urgente de la urbe que deambula sin cesar ,

ven las prisas, ven las risas, del que se ha vuelto a caer.

ven el polvo que levantan y se lleva tu querer,

ven las líneas del pasado donde pisaron ayer.

Mis zapatos no están listos, porque aún no pueden ver

lo importante del camino que es difícil de obtener.

Pero si tengo los tuyos, seguramente, podré.

Necesito otros zapatos que me ayuden a tener

el impulso de caerme y levantarme otra vez.

Dime amor, ¿tú me los prestas?

Indagué con voz bajita porque el alma se me agita cuando pido algo de más.

Si me prestas tus zapatos, ponte los míos también

que así comprendes mi llanto y porqué ya no estoy bien.

Entonces, entra en mi armario y póntelos de una vez,

que el camino es algo largo y te puedes lastimar

como ya lo está mi alma que necesita sanar.

Si te pones mis zapatos claramente entenderás,

que están llenos de agujeros que ya no puedo tapar.

Y si esto no es cordura, dime, ¿porqué tengo que sanar?

Porque mis zapatos dicen la verdad al caminar.


                                                                                              Lorena G.P

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