Microrrelato- Staff Only
El teatro es un género que me apasiona. Cuando era una niña, me gustaba leer en voz alta los diálogos entonando sus frases e imaginando como serían los personajes. Una de las obras que leí de este modo fue La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. Él es otro de los grandes autores españoles que me enamoró con sus letras.
"Siempre has sido lista. Has visto lo malo de las gentes a cien leguas... Pero los hijos son los hijos. Ahora estás ciega." (Fragmento de La Casa de Bernarda Alba)
Y tras esta preciosa cita, les comparto un microrrelato que escribí inspirándome en el maravilloso mundo teatral. Deseo que disfruten de la lectura.
Staff only
Llegan los primeros aplausos, es el fin del primer acto. Estoy especialmente emocionada, así que aprovecho el descanso para relajarme un poco.
En el pasillo de la izquierda hay un acomodador que me indica el camino con una preciosa sonrisa que parece tener incorporada. Yo también sonrío, me hace cómplice. Mientras camino, voy pensando en el maravilloso mundo de la interpretación y de estar entre bambalinas; eso de ser actriz, me atrae mucho. Sigo por el pasillo de moqueta roja que lleva hasta las escaleras. La gente se arremolina en los rellanos para comentar la obra, y yo, entre escalón y escalón, escucho sus opiniones y me impregno de ellas. Llego al hall, y a tan solo unos par de metros más de distancia, hay una puerta con un letrero que pone staff only. Me quedo mirando atontada el cartel y mi imaginación me lleva hasta Broadway.
Me aventuro a abrir la puerta del camerino con cuidado y veo que hay alguien sentado en la silla. Por lo que intuyo al ver su perfil, es el actor que hace de criado, reconozco bien su semblante. Él, al verme a través del espejo, se gira lentamente sin señal de asombro. Seguidamente, sin mediar palabra y con una media sonrisa en su rostro, se levanta y comienza a acercarse pausadamente clavando sus ojos en los míos. Todo parece suceder a cámara lenta. Yo tampoco puedo hablar, ni una sola palabra sale de mi boca, sin embargo, mis pensamientos se disparan como las luces de bastidores en una escena romántica. Mi corazón late cada vez más deprisa, ya solo nos separan unos centímetros. Nos miramos fijamente durante un momento, solo hablan las miradas.
Finalmente, nuestras bocas se encuentran y nos fundimos en un largo y apasionado beso. Volvemos a fijar nuestras miradas, no hay palabras.
Tan solo unos segundos después, una ovación de aplausos llega a mis oídos. Me giro. Una luz muy potente ilumina mi cara. Se cierra el telón, y mientras ocurre, simplemente pienso en mi vida… puro teatro.
Lorena G.P
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